Epistemología y el método científico

2020-01-03

“Si un árbol cae en el bosque pero nadie está ahí para escucharlo, ¿se puede decir que cayó?”

La primera vez que escuché esa pregunta, cuando niño, me pareció hasta estúpida; obvio que la respuesta era “sí”. Hoy, de adulto, entiendo mejor y sé que la respuesta real es “no”.

Y no, nada de posmodernismo acá, no worries. No me han hecho una lobotomía, menos la docena que necesitaría para creer en esa basura.

Pero.

Analicemos primero la cuestión del observador, desde la Física Cuántica. En ella, una partícula existe como una superposición de posibles estados hasta que es observada, que es donde las probabilidades “colapsan” en una única realidad. Bueno, eso bien simplificado; la realidad es que es una parte groseramente compleja de la Física, pero… sirve.

So, pregunta obvia: ¿qué es “observar”, entonces? “medir” se podría decir, pero para propósitos de nuestro arbolito, podemos refrasearlo como “producir un efecto en algo más”. Si cortamos un sandwich, no solo nuestros ojos y cerebro actúan como observador del cuchillo; también el sandwich mismo en su corte valida la existencia de un cuchillo que lo cortara.

Entonces, ¿por qué intuitivamente diríamos que si un árbol cae pero nadie lo escucha, sí existe? porque el árbol cae, y eso implica que se mueve, que agita el aire, que lanza tierra, que rompe ramas, que deja un tronco. Incluso si no estamos para escuchar el sonido, si vamos unos minutos, horas, días o incluso semanas después, podremos ver rastros de que cayó.

Pero, ¿si ninguno de esos rastros existe en un primer lugar? ¿si, incluso llegando un segundo después, viésemos todo el paisaje precisamente como estaba dos segundos atrás? ¿si no existiera instrumento alguno en el universo que, al leer sus resultados, pudiese decir “un árbol cayó aquí”? ¿se puede decir que realmente haya caído?

Y es a eso a lo que apunta poéticamente la pregunta. Si “no, no pasó” no contradice absolutamente nada en el Universo, entonces “no, no pasó” es lo razonable por asumir. Su intención no es validar ni refutar el posmodernismo, que cae por su propio peso en todo caso; su intención es validar el método científico, la hipótesis nula, y el concepto conocido popularmente como la Navaja de Ockham.

Fun fact sobre el último párrafo: “poéticamente”. Porque el concepto ya está formalmente definido en la hipótesis nula; el propósito de la forma en que es enunciada es precisamente inducir un “sí” inicial para, luego de analizarla desde puntos de vistas menos literales, llegar a un “no” que refuerce la idea inicial.

Y las implicancias de eso en un contexto cultural e histórico, pues… se dejan como ejercicio al lector.